Actualmente la toxina botulínica es uno de los procedimientos alternativos más populares para deshacerse de las arrugas y líneas de expresión en las zonas llamadas "patas de gallo" o arrugas del entrecejo.

Aunque la toxina botulínica se ha venido utilizando desde hace ocho años en el campo de la medicina estética, tiene más de 20 años funcionando con fines terapeúticos. Ha sido aprobado en más de 75 países para aplicaciones diferentes y en 40 países para fines cosmetológicos, prueba de la gran aceptación que tiene en el mundo actual de la cirugía estética.

¿Cómo funciona el BOTOX?

La toxina botulínica, está preparada para bloquear la transmisión del impulso nervioso a nivel del músculo, lo que significa que interfiere en la función normal de contracción; por lo tanto el músculo se queda en reposo y progresivamente se suavizan y disminuyen las líneas de expresión, en algunos casos pueden hasta desaparecer y prevenir nuevas líneas.

Se considera un tratamiento eficaz para detener el envejecimiento del rostro.

En el procedimiento de aplicación de la toxina botulínica no se corre ningún tipo de riesgo por anestesia y el procedimiento termina en menos de una hora.

El paciente está sentado o recostado mientras se le pide que contraiga los músculos donde se inyectará la toxina botulínica, de esta manera puede darse cuenta en donde exactamente tiene que aplicarlo. Con una aguja muy delgada, comienza a inyectar la toxina en las diferentes partes a tratar.

Al terminar este proceso el paciente puede irse con toda libertad a casa, cuidando siempre un postura erguida durante 4 horas después del procedimiento, con el fin de que la toxina tenga el tiempo para distribuirse y actuar efectivamente en el sitio de conexión del nervio y el músculo.

Los resultados reales comenzarán a notarse entre los 5 y 10 días después de su inyección, y tiene una duración de 4 a 6 meses. Debemos recordar que la aplicación de la toxina botulínica es un proceso temporal no permanente.

Como todo procedimiento puede llegar a tener algunos efectos secundarios temporales como: dolores de cabeza, nauseas, dolor, erupción en el área inyectada y debilidad muscular.

Es importante tomar en cuenta que aunque no es un procedimiento quirúrgico, si debe ser aplicado o supervisado por un profesional médico que conozca perfectamente toda la anatomía de la cara para evitar cualquier tipo de complicación alterna.